miércoles, 27 de enero de 2010

Identificando al enemigo.

  
Marabuntas en lugares clave


“Sólo somos valientes cuando identificamos al verdadero enemigo”

Algo así venía a decir Frank Kafka y yo creo que es cierto.

Es palpable que muchos españoles como Alcaraz, Aguirre, Enrique de Diego y su Plataforma de las Clases Medias o Galicia Bilingüe por poner algunos ejemplos han sacado el coraje porque han identificado quienes les deparan ruina, pretenden esquilmar sus bolsillos y con ello aprovecharse de su trabajo diario y quienes incumplen su misión moral y públicamente.

Por eso no les duelen prendas cuando hablan sin pelos en la lengua u organizan multitudinarias manifestaciones  poniendo nombre y apellido a los traidores.

Todo es discutible pero ellos han convenido y han marcado a aquellos que caracterizan como gentes de proceder pernicioso para el bien común. Tan nítido lo tienen que ahora son explícitamente claros y hasta en alguna ocasión han sido capaces de colgar un chorizo en la sede de un sindicato.

A uno le puede dar coraje la derrota, sin duda más coraje habrá de darle saber que pudo hacer más.

Para identificar a los enemigos habremos de preguntarnos cuáles son las acciones diabólicas de ellos y a partir de ahí deshacer una madeja que nos permita mirar con cierta claridad. Para conseguir desentrañar tamaño lío a más información mejor, a mayores ejercicios de contraste más sobresaliente se formara la idea y la conclusión.

A partir de ahí la valentía se podría convertir en algo tan inmerso en nuestro comportamiento que ya sería algo normal y adjunto al propio yo. Ser capaces de enfrentarse al adversario siempre y sin descanso, ser fiel a una idea en pro de vencer al enemigo.

Para ser feliz hay que ser libre y a veces para ser libre hay que ser valiente o esperar que otros lo hagan por nosotros.

Fueron valientes quienes destaparon el Watergate derribando al propio Nixon, fueron valientes los españoles que salieron a las calles de Madrid aquel mayo tan glorioso como poco recordado. Valiente Gregorio Ordóñez y los investigadores del GAL. Valientes en definitiva muchos y su valentía precisamente fruto de sus convicciones y de su afán por destapar y arruinar al enemigo. Valientes en el exilio cubano y valientes frente a Hugo Chávez.

Hoy, sin el peligro de que la sangre vuelva a salpicar nuestras calles, en este país hacen falta una buena pila de valientes, tenemos que transformarnos en Aquiles, el valor viene tras el cabreo y la indignación. Tras esas sensaciones, ya en momentos de tranquilidad la cabeza hace análisis y sin duda llega a conclusiones.

Son esas soluciones las que ayudan a delimitar el campamento enemigo, puede ser que esté emboscado, pero la reflexión sosegada personal acaba por descubrirle.

El verdadero enemigo de todos es para mí el desastre de los partidos y la pértiga que unos y otros tienen asida para saltarse La Constitución.

Nuestros verdaderos enemigos son los políticos instalados, como cuadros, como plantas en un dormitorio que consumen el oxigeno necesario en la noche profanando el aire que nos pertenece y hemos guardado para pasar a otro día descansando a pierna suelta.

¿Enemigo o enemigos? Son muchos, podemos tratarles individual o colectivamente, no importa, el hecho es su acción nociva para el desarrollo particular de los ciudadanos de este país.

Un enemigo es alguien que ha asumido como propia la capacidad de gobernar, hacer leyes y juzgar desamparando a cualquiera que no transija. Incluso nos grava la libertad en ocasiones tan mezquinas como el famoso canon digital.

Engañoso en sus formas y hábil en el uso de la demagogia en el fondo su éxito consiste en el reparto de miserias de mayor o menor consideración. Asumida sin vergüenza su condición de ente por encima de la ley ya parecería que nada pudiera frenarle.

Deberíamos ser valientes para pedir que la justicia sea absolutamente independiente del poder político. Además no quedarnos sólo ahí exigiendo también que se ejerza justicia interna en los senos de los partidos.

Los sindicatos tienen piquetes, los partidos tienen algo más miserable aún; las marabuntas.

Las marabuntas sólo son unas pandillas, a veces de tamaño número que podríamos contarlas como cabezas de ganado,  cuya principal virtud es la miseria moral.

Una marabunta está compuesta por seres repugnantes, que aplauden y revolotean en los círculos de poder, exponen sus fotografías personales al lado de líderes, personas que les harían sentir repugnancia si tuvieran el mínimo sentido crítico.

Puede más el hambre, puede más el ego, puede más la esperanza de.

Las marabuntas han aprendido la lección, deben de doblegarse e hincar las rodillas y lamer los zapatos del capitán enemigo. Es su función articular la primera línea de defensa cuando algún “díscolo” ataca directamente al líder. Otra de sus funciones es rellenar y aplaudir sin pensar las palabras y decisiones de los primeros y mientras procurar ir destacando entre el gentío.

A estas alturas de la película ya tenemos una clase política plagada de marabuntos - venidos de- que ahora se comportan como los “nuevos ricos”, y de la misma forma que el hábito no hace al monje, es una misión imposible por más que se revistan de ministros, diputados, diputados provinciales, alcaldes, concejales o directores de distrito, que lleguen a la excelencia. Por definición, por marabuntos, por idiotas sin espíritu crítico y como único currículo la “felación política” no podrán ser más que enemigos de la libertad, -Incluso por propia ignorancia-

La marabunta es el barrio marginal del partido, es donde más navajas se sacan a relucir y en su seno se encuentran las actitudes más viles y sus miembros aguantan con inmutable generosidad ser pisoteados, ninguneados y en ocasiones, hasta ser un hazme reir. Todo sea por lo mío.

De esta forma, hablo más en dirección PP - lo conozco mejor – se llega a un puesto sin tener idea formada de nada, así que se sigue siendo un criado del capitán y se estará siempre alerta y dispuesto para batirse en duelo con quienes amenacen la supervivencia de su líder. Actuando con más saña contra propios.

Imaginen un acto público del partido, asistirán varios notables pero a la marabunta se le indica que deben de rodear a uno y hacer así una demostración.

Una demostración que cualquier persona con dos dedos de frente vería como la estampa de la pérfida y profunda exaltación de la ignorancia y el torticeo.

No han sido pocas veces las que me he encontrado con una marabunta y la verdad es que me daba la risa. Recuerdo una vez en la que todos arropaban - orden previa- a un diputado que jamás debió llegar a serlo. Éste se sentía comodísimo – Ohh cuanta gente me apoya – Pero yo insistía en reír, a parte les despreciaba, con cierto cariño a algunos porque sabía de sus limitaciones intelectuales, pero me parecían fotogramas de una película de humor. Son como aquellos que querían crucificar a Jesús jaleando.

¿A quién salvamos? ¡A Barrabás!

Así son, una panda de memos con mala idea.

La marabunta se aprovecha de los recién llegados y procura hacerles fieles a la hermandad, algunos se marchan vomitando otros indignados, otros desaparecen sin más y algunos les plantan cara.

Podemos encontrar el PP plagado de salvadores de Barrabás, insistentemente cierran filas con el jefe o jefezuelo de la taifa y si tienes alguna vez un encontronazo con ellos verás por ti mismo la bajeza moral y la absoluta falta de inteligencia y educación. Fervorosos idotas salvadores de Barrabás.

Así que para derribar al enemigo hay que tirar un petardo en medio de las marabuntas, si de algo carecen es de valentía y templanza. En su comportamiento son como las maras o como los pequeños indios que asaltan a los viandantes para robarles, todos críos, todos endebles. Su pretendido poder viene de la unión. Por eso el jefe se preocupa de mantenerles con caramelos, son dulces y tienen azúcar -No morirán de hambre hoy, tal vez mañana, mientras me sean útiles-

El enemigo primero a batir para mi hoy se concentra en Génova trece y tiene una vertiente andaluza a erradicar por completo.

El enemigo se ha apropiado de las siglas, desmerece mi voto y no lucha por mis libertades individuales. Él asiste a su marabunta y se preocupa de lo demás bien poco y aunque ande en batallas internas sabe que es una situación controlable.

Enviará a sus marabuntas a más actos donde amplificará su mentira cubriendo con altavoces todos los rincones del lugar. No dará explicaciones ni la cara por quienes le votamos, aguarda su momento.

El enemigo ha denostado La Constitución, la democracia interna, actúa indolentemente frente a las corruptelas y engaña a la sociedad.

Puede ser que los políticos quieran vernos cada vez más alejados de ellos, que nos dejemos de interesar por sus quehaceres. Los del Madrid no se Cambian al Barcelona.;-Nuestros votantes no se irán. Podemos hacer lo que nos dé la gana incluso rozar la ilegalidad, incluso hacernos de izquierdas, incluso aprobar un estatuto inconstitucional y hablar de economía para pactar con CIU-

A esos liberales que no los son, aquellos que se saltan la Constitución, esos políticos que jamás debieron serlo y a aquellos que abusan una y otra vez de la confianza que un día se les dio yo les marco como enemigos. En este blog están muchos de los porqués y algunas de las conclusiones que me han llevado a entenderlos como VERDADEROS ENEMIGOS.

Primero, organizando bien la batalla hay que eliminar al enemigo primero que no ha identificado las maldades de su igual en el gobierno. Después podremos capturar al segundo adverso.

TENEMOS QUE SER VALIENTES.


Un abrazo.




2 comentarios:

Tribuna dijo...

Estoy de acuerdo contigo. El partido popular debería pulgarse y hacer unos estatutos democráticos y de compromiso con la ciudadanía.

Maribel Ruiz dijo...

Me descubro nuevamente ante ti por este artículo en el que se puede decir más alto pero no más claro.
FELICIDADES!! otra vez, y gracias de nuevo por hacerme llegar tu voz.
Un abrazo