Pintadas contra Zapatero. Un buen libro para una España dispersa, semiperdida.

 

Portada del libro de mi amigo Andrés García-Carro.

¿Cuánto tarda un libro en llegar desde Bélgica? Exactamente dos días.

Cuando tuve en mis manos el libro de Andrés García-Carro (amigo electrónico de FB con quien ya había compartido más de un intercambio de opiniones sobre temas que gustamos en comentar en la citada red social) no tardé más de media hora en empezar a leerlo.

Tengo la costumbre – cada cual piense lo que le parezca – de no leer prólogos de libros antes de revolcarme en la lectura del texto en sí. Los dejé para el final y me gustaron tanto como la obra misma. Era de esperar puesto que las firmas de Nerea Alzola, Mikel Buesa y Francisco Bernard advertían con antelación.

Antes de nada creo sinceramente que es un texto valiente. Andrés no escatima en calificativos y escribe pintadas que por sí mismas darían para largos debates, largos artículos. Consigue mi amigo, en unas pocas líneas, pintar la realidad, promulgarla y prácticamente deja hecho el análisis.

¿A fin de cuentas no es cierto que tras leer un artículo o escuchar una tertulia larga en televisión o radio todos sinteticemos? Eso es lo que ha hecho con tanto acierto el escritor.  

En las pintadas se reflejan situaciones surrealistas (ciertas y fechadas), actos de cobardía, mentiras, poses políticas. Miserias políticas que nuestros elegidos no han dudado en regalarnos. Las devuelve del cajón del olvido en ocasiones y las compara y confronta.

Quien quiera una guía de referencia, bastante completa por otro lado, de lo que se ha movido en la política española desde noviembre de 2008 a Junio de 2009  bien hace en acercarse al libro de Andrés García-Carro.

Personalmente lo guardaré con cariño, primero porque me encantó la dedicatoria y segundo por lo antes referido. La memoria a veces es volátil, se nos escapan algunas cosas. Con tan solo mirar una pintada del libro dentro de cinco años, o diez, o más, volveremos a recordar el entorno político que dio pie a tal pintada. Por desgracia para nosotros, ciudadanos vulgares y comunes, hay demasiadas.

Si bien políticamente podría coincidir en muchos aspectos con Andrés, no sólo me parece un libro dirigido a un grupo de personas concretas. Me parece un texto inteligente que cualquier español de a pie puede leer y reflexionar íntimamente después. Podrá criticar su estilo, duro en ocasiones, pero no le negarán al autor que los acontecimientos que generaron sus pintadas son ciertos, no poéticamente inventados, ni sesgados.

Un ejercicio ético personal, una llamada a la sociedad a que frene y evalúe, a que recuerde ejercitando la memoria, demostrando de paso que las cosas no ocurren porque sí. Para ello nos enseña también antecedentes y hechos ocurridos en esas fechas que hoy ya constituyen la historia política más reciente.

En el ejercicio de síntesis de lo acontecido durante los meses en los que escribió el libro pocos asuntos se le escapan. Por supuesto que los más importantes están todos.

A cada personaje – todos son reales – le da su merecido, le coloca en su sitio. Notas con ironía, otras con humor y en alguna ocasión algún espeto hilarante.

Las pintadas quedan ya en las retinas de los lectores, las hay para ZP y para algunos más, socios y opositores, terroristas y amigos de la banda.

Pero son pintadas nobles, escritas en páginas y no arruinando fachadas, por ello serán más duraderas en el tiempo. Justificadas salvas a la libertad de los españoles y al despertar ciudadano. –Es cierto, querido Andrés, algunos estamos algo dormidos-

Estoy seguro que el autor desea, tanto como yo, tanto como cada cual que lea estas letras que escribo, que las pintadas contribuyan a cambiar este disparate nacional que no tiene gracia ninguna y nos afecta y afectará a todos.

Nos invita a actuar para cambiar mientras nos presta unos muros a modo de páginas que no deberíamos olvidar.

¡Enhorabuena por tu libro Andrés!