viernes, 18 de septiembre de 2009

De las palabras de Federico Souvirón a una realidad palpable. Apoyemos a los profesores.


Federico Souvirón García; Sin complejos. La restitución de la autoridad del profesor en las clases es imprescindible para mejorar la formación de los jóvenes. Con los actuales indicadores educativos nuestro futuro como país es muy oscuro.

Así me desayunaba esta mañana al pasar por el perfil de FB del mejor político que he tenido el gusto de conocer. Federico es Diputado por Málaga y uno de esos tipos que te hacen tener fe en que el barco PP no está condenado al hundimiento. Puede ser que no sea un tipo muy conocido por Andalucía, no así en Málaga donde goza de un reputado prestigio y el respeto y cariño de mucha gente.

Mientras me dirigía a comprar tabaco (lo tengo que dejar ahora que parece voy a dar con regularidad clases de spinning) daba vueltas a las palabras de Federico, mi vida escolar y evaluaba como el paso del tiempo ha transformado de tamaña manera la enseñanza de antes y la de ahora.

Yo he visto repartir, y perdón por la expresión, “hostias como panes” a mis compañeros de clase. Alguna vez me he llevado alguna, muy pocas veces pero en fin, algún día se ve que estaría algo rebelde.

De las tortitas, los guantazos “marcadedos”, guantazos a doble mano y hasta puñetazos en la espalda a los que asistía atónito se ha pasado a que un estudiante agreda a un profesor o le amenace de muerte. Hace mucho tiempo si a un alumno le pegaban en clase, en casa le daban una paliza. Hace menos, guantazo en clase, guantazo en casa, de ahí se pasó a castigo en clase, castigo en casa para llegar a la surrealista situación ante la que un padre es capaz de ir a un instituto o colegio y patear a un profesor.

No justifico bajo ningún criterio que un profesor toque a un alumno ni me parece bien que se haya repartido tanta estopa. En aquel entonces esa barbaridad estaba a la orden del día y la actitud social correctora que ha tenido este país no se ha limitado a llevar las cosas a su cauce correcto. Ha ido más allá, ahora el agresor es el padre o el alumno. No sabemos encontrar el justo medio en esta España nuestra y así nos va.

Es cierto que profesores hay de todo tipo pero deben existir los mecanismos para exigirles responsabilidades y los padres deben conocerlos. No puede haber exceso de celo en el gremio ni corporativismo.

Dicho lo anterior bien claro no se puede permitir bajo ningún concepto que un chaval o unos pocos no permitan el normal desarrollo de una clase. A mí me dan igual los problemas que tengan en casa, que no les eduquen como Dios manda, cualquier historia que me queráis contar. En el momento que la actitud de un muchacho impide la correcta educación de otro se deben tomar medidas tajantes. Las familias, la inmensa mayoría, realizan un esfuerzo para educar a sus hijos y que ellos reciban una formación académica reconocida por la propia Constitución. Es un atentado contra los demás comportarse mal en una clase y si es necesario se debe apartar y reformar. Apartar es misión del sistema educativo, del profesor, del claustro. Ya sea una hora como una semana o un mes. En la reforma los educadores deben ayudar en acción conjunta con la familia.

La falta de autoridad del profesor repercute directamente en la cada vez menor formación de los alumnos ayudando enormemente las inservibles reformas educativas y planes de estudio que se suceden en el tiempo. Los principios pedagógicos venidos con la democracia están fracasando, revisemos ¿No?

El despropósito del despropósito es permitir la humillación de los profesores, hacerles incapaces de poner orden y obligarles a mantener en clase a chicos que no tienen la menor intención de poner nada de su parte y que están obligados a asistir.

A clase hay que ir a callarse, a atender si se quiere y si no a pensar en las musarañas, se debe ir limpio y bien aseado, con el móvil desconectado y con educación y respeto a la figura del profesor y al resto de compañeros. Parece mentira que haya que enunciar esto pero hay muchos chavales que lo desconocen o se lo pasan por el forro.

Si no hay respeto por el profesor ¿Qué respeto va a existir entre los alumnos? Luego el abuso de unos quinquis sobre sus compañeros está servido y mientras el problema disciplinario siga como hasta la fecha el acoso y el abuso a/de chicos que van a estudiar estará presente. Es mucho más grave esto último porque si los cuatro “pelagatos” de turno son capaces de hundir la estima de un profesor que no harán con la de una persona con trece años.

Actuar sobre lo que comenta Federico breve y claramente es más necesario que nunca porque no sólo se intoxica la educación con este buenismo y desamparo de la figura del profesor, se sepultan las aspiraciones de muchos jóvenes que se ven inmersos en caos que desde luego invitan al desánimo.

Las asociaciones de padres parecen mudas (¡Cuánto politiquillo hay!), de hecho no me gusta el nombre que tienen AMPA, “uff” ya sé que son siglas pero… Si están instrumentalizadas no valen, si no han puesto el grito en el cielo ya con contundencia y no apoyan incondicionalmente propuestas como las de Aguirre en la Comunidad de Madrid que hagan el favor de quedarse en casa viendo la telenovela en lugar de ir a reuniones para que sus vástagos reciban “privilegios”.

Que se haga lo que sea necesario, que se expulse a alumnos, que se creen aulas de “rehabilitación escolar”. Necesitamos una contundencia “antiquinqui” ya. Que se informe a la familia primero esperando un cambio de actitud, tras ello a tomar medidas.

Que se haga justicia ejemplarizante con los padres “chalaos” que se la toman por su mano y tienen la desfachatez de insultar y amenazar, envalentonando de paso a sus hijos y, de paso también, el resto de futuros “chalaos” tomarán buena nota. Aquí mucha gentuza hace lo que le viene en gana en aras de unos “derechos” que no vienen en ningún sitio escritos y gozan de una pasmosa impunidad para comportarse como animales y hacernos tragar por sus respetos. Ellos son los que pisotean los verdaderos DERECHOS de la gente de orden, honrada, educada, con interés por mejorar, silente y dejada de la mano de Dios,

¿Pero usted quién se ha creído que es para entrar en un despacho pegando voces? Ese simple gesto ya merecería una multa.

Hay gente que no entiende qué significa dotar al profesor de autoridad, deben creer que algo facha; “¿Un profesor?” – Dirán – “Pero si esos están para lo que yo diga como los médicos y ATS de Andalucía (que también se están llevando lo suyo) Esos que se callen que vaya vacaciones que tienen.” “Nene a ti como te diga algo cuando hagas “el cabrón” en clase me lo dices que ya verás tú”.

¡Qué bien han hecho su trabajo en este país quienes promueven, para sacar beneficio, la universalización de la ignorancia!

¡Va por ti Federico!

Abrazos y disculpad por favor las salidas de tono y algun taco.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo, y yo era de esos alumnos que recibían hostias hasta en el cielo de la boca. Y asmumo que haya un profesor que se pase, pero en ningún caso acepto que se le quite autoridad al docente.

ñañi dijo...

Francisco estoy de acuerdo contigo en que los profesores merecen un respeto por parte del alumnado y respectivos progenitores, pero para nada estoy de acuerdo con la propuesta de que un profesor sea considerado como autoridad, sería volver a los tiempos de las "hostias". Imagínate, aquí en Roquetas una niña (12 años) era acosada mediante sms de texto por parte de su profesor. Los padres denunciaron al profesor y demás, y ¿que ha pasado? eso mismo, nada. Imaginemos ahora a ese tipo considerado como autoridad, si ha salido ya impune sin serlo...cuando lo sea, que dios nos coja confesados!!Como dije, no hay derecho que un padre llegue, o un alumno, e insulte y amedrente o amenace al profesor, pero tampoco es justo lo contrario. No se trata de pasar de un extremo a otro, ya hemos visto los resultados de los hijos que recibieron palos en el cole son hoy padres que "pegan" a los profesores de sus hijos. La educación debe de comenzar en casa, ese es el verdadero problema que tenemos hoy, falta de valores, respeto y civismo. Y no pasa nada si un padre pega un cachete a su hijo en el culete a modo de reprimenda, siempre q nos hemos portado mal en casa nos lo han dado y no ha sido considerado como maltrato infantil...y creo que nuestros padres no lo hicieron tan mal no? Vivimos en una sociedad cada vez más degenerada, muchas leyes y muchas historias, pero la mayoría no sirven para absolutamente nada.
Saludos!

FRAN dijo...

Encarni; Reconocer como autoridad e informar a los padres de todas las posibilidades de control y de reclamación a su alcance creo que estaría muy bien y así creo que lo expreso arriba.
Lo ideal sería que no fuera necesario pero...
¿Cómo hacemos para erradicar la violencia en las aulas?
1. Control sobre los docentes.
2. Normativa clara y contundente contra la violencia y actitudes que no ayuden a mantener el orden en las clases.

Encarni dijo...

Sigo pensando que reconocerlos como autoridad traerá peores consecuencias. Creo que, no sólo no la considero como una medida eficaz para erradicar la violencia de las aulas, sino que se volverá contra nosotros...tiempo al tiempo...Para informar a los padres de todo, no hace falta la medida. Para modificar la normativa, tampoco hace falta. Expulsión de alumnos, que los aguanten sus padres en casa, a ver si así aprenden a educarlos y dejan de eludir responsabilidades delegándolas en profesores.Reforma urgente en educación!!

FRAN dijo...

Comprendo tu opinión pero creo que reconocerles como autoridad pública posiblemente haría que muchos se lo pensaran antes de cometer atentados contra su integridad física o mental.