domingo, 7 de febrero de 2010

Rajoy, Arenas y la banda de música cantando por Ahmed Infante.

                                                                  A veces es que te tienes que reír.

El domingo pasado tuvimos a Mariano en Sevilla, hoy en Granada y con él Javier, siempre Javier.

Con Javier, Antonio Sanz junto a Elías Bendodo (Aún alucino que sea el presidente del PP de Málaga). Tampoco podía faltar Esperanza Oña o el presidente del PP de Jaén.

El aforo repleto cubierto de banderas de Andalucía, casi más que de España y del propio partido. juntas y multiplicadas por cuatro. Se reparten antes, no es casualidad ni impulso de los palmeros, ellos cuales borregos no tienen más intención que atender a unos y otros y toman todo lo que les den, aplauden cuando se debe y al final – se lo sepan o lo tarareen – todos a cantar el himno de Blas Infante.

Cada presidente provincial y muchos de los locales van con sus autobuses de afiliados. Un día más para tirar al carro del olvido. Los de mayor caché no creo que se entremezclen con el populacho en tan indigno medio de transporte y se trasladarían en vehículo particular.

Caras conocidas también, no de primer nivel, ni de segundo, pero colados estratégicamente detrás del atril,para salir en televisión. He reconocido a dos venidos de Málaga justo sentados detrás de los oradores - Determinadas costumbres nunca se pierden, a eso es a lo que estamos, a figurar y hacer palmas, ya vendrán luego a pasarnos la mano por el lomo -

Me parece triste la puesta en escena. Me sorprende que la gente esté dispuesta a sacrificar un día de su vida para que les regalen el oído mientras ignoran que ellos no son los protagonistas de las historias. Son los pobres botarates anti-ZP, anti – PSOE, los que fueron a apoyar el Estatuto y los que cantan letras de un majadero convertido al Islam – No es que sea majadero por el hecho de su religión – de apellido Infante.

Ver a Arenas cantar el himno al culminar el mitin con esa cara tan compungida, pretendiendo mostrar una imagen de héroe, de salvador, de quien en su interior se cree el cruzado que vela por nuestro porvenir.

El resto de “politicuelos” o “politicuchos”, o en resumidas cuentas; el resto de bultos que impiden la renovación ocupando un espacio que hace mucho tiempo dejó de corresponderles o del que nunca serán dignos también cantan al unísono. Serios o menos serios no miran a ningún sitio según creo yo. Arenas mira al suelo.

¿Dónde están los asesores? ¿Por qué no canta mirando a la gente con una sonrisa de oreja a oreja chillando creyendo en la letra y dándole él al cantarla el significado que quiere trasladar? – Sé que me lees Platanito y sé que la próxima vez que cantes el himno de Andalucía vas a hacer exactamente lo que te acabo de reprochar que no haces – O los asesores no han caído en la cuenta, o bien Javier no les escucha y toma esa pose que, sin duda, es más fácil de representar.

Prefiero ver a Mariano y Arenas por aquí, cerquita, al menos no tendrán que sufrirlos en otros lugares.

He escuchado que es posible que la semana que viene ambos vengan a Jaén. ¿No hay más España? ¿Por qué no suena el himno de España tras los mítines multitudinarios del PP Andaluz y sistemáticamente acaba con el de siempre? Es puro – puto – marketing. Es una estrategia que nuestro mundano y vulgar cerebro no acierta a descifrar y entender, es alta escuela.

En realidad, para mí, es una payasada. Ya de pequeños y algo menos, en los institutos y colegios de por aquí abajo, de la pretendida nación de Blas Infante, en la tierra donde se firmó el Manifiesto de Córdoba, en clase nos metían por los ojos al susodicho, teníamos que sentirnos orgullosos por algo que ni siquiera entendíamos; El derecho a la autonomía.

Ahora, a los años, resulta que debo expresar mi andalucismo para no desentonar en un mitin de la opción política que más me identifica. De nuevo se vuelve a abrir una brecha.

Ganar en Andalucía – No será en 2012 – siendo más socialistas que el PSOE, más andalucistas que el PSA. Imagen pretendida de la que se están contagiando. Falaces hasta el autoengaño.

El comportamiento de Arenas a mi juicio es peligroso. No hace falta mostrar tanto orgullo regionalista con ese tinte de tragicomedia. La diferencia entre los populares andaluces y los miembros de otras formaciones “era” que no necesitábamos hacer gala de algo que considerábamos normal, propio.

La diferencia de los populares andaluces al resto de andaluces “consistía” en que no nos arropábamos en más bandera que la prosperidad de la región y la libertad e igualdad entre sus gentes, por eso no hacíamos ostentación de moral y sentimiento.

Por eso y mucho más no me gusta que Javier Arenas gobierne el PP de Andalucía.

Por desgracia la situación política y el juicio personal han caído a niveles tan bajos que muchos hoy no han dudado en ir a Granada a dorar la píldora a los más nefastos dirigentes populares que se conocen.

Unos como borregos, otros como corte de Maharajaes, interesados en su pan cantaban y agitaban banderas.

¡Qué poco estáis haciendo por Andalucía!

De todas formas les agradezco que me hagan sonreír las sobremesas de los domingos.




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