jueves, 15 de octubre de 2009

Javier Arenas. Sus miradas y las que yo le regalé.

No es la primera vez que hablo de él ni será la última a menos que ocurra un “acontecimiento pajiniano” y se marche de una vez.

Existe una delgada línea roja entre la descalificación al político y a la persona que yo no pretendo traspasar y nunca lo he querido así. No son pocas las ocasiones que en las que para justificar ataques de mi persona a la negligencia y mal hacer político de algún vaina se me ha acusado de eso. Nada más lejos de la realidad.

Por poneros un ejemplo; En una ocasión cargué contra un director de área, que me estaba haciendo la vida imposible , por hacer mal uso de una de las dependencias municipales. Me tacharon de socialista, chantajista y de querer acabar con la vida profesional de ese chaval. Con ese escudo y esa bandera acudieron todos a protegerle. Yo creo, porque yo sé que ataqué al ser político, que la realidad era que más bien andaban todos tapándose las vergüenzas.

Aunque sé que sois lo suficientemente inteligentes como para comprender lo que pretendo sentar como base del texto, seguro que algún idiota se pasa por aquí acostumbrado a hacer la regla de tres mental – Meterse con el político es meterse con la persona.- Es a él a quien pretendo hacer la aclaración. Por otro lado sé que servirá de poco.

Ayer, viendo la foto principal del grupo de Facebook “Lo siento Javier, pero no votaré al PP mientras tú seas el candidato”, recordé la mirada y las palabras que Arenas dedicó al por entonces presidente del PP de Málaga en un acto al que asistí. Yo militaba activamente y colaborando en lo que podía (relleno, botones, palmero) para que más adelante me dejaran hacer lo que quería que no era otra cosa que plantar batalla sistemática y masiva frente al PSOE de Málaga, Andalucía y España. Ese es el verdadero motivo por el que he militado siempre en el PP. Ayudar a que la sociedad la gobernara un partido decente y no una banda de corruptos generadores de paro y despilfarro. Más adelante vi truncados mis anhelos y mi voluntad de guerrear porque estaba destacando demasiado y porque junto a mi grupo mostraba energía y ganas de ir a por todas actuando en toda la provincia de Málaga.

Una vez conocías aquel PP de Málaga podías tener la certeza de que el recién llegado de nuevo Javier Arenas no tenía entre los santos de su devoción a Joaquín Luís Ramírez Rodríguez. Posteriormente hizo un intento de eliminarle de la presidencia. A la segunda, hace poco, lo consiguió.

Ya que estáis puestos en antecedentes os contaré que estaba yo en un mitin de alguna localidad malagueña, no podría precisar si con mucho aforo o poco, pero sí que estaba en la segunda fila de butacas. En el escenario Arenas y sentado Ramírez.

De repente Arenas fijó el rostro y su mirada característica hacia el presidente Ramírez y se dirigió a él como un padre que regaña a un hijo por enésima vez;

“Joaquín, la Diputación” A lo que Ramírez agachó algo la mirada y asintió.

La Diputación Provincial de Málaga es una de las joyas de la corona de Andalucía y aunque el PP en la última ocasión ganó en votos, en bastantes, no la ha conseguido y fijaos que le vinieron una buena cantidad del extinto GIL obteniendo todos los réditos de la intervención del ayuntamiento de Marbella como era de esperar. Pues ni por esas.

Para el siguiente congreso popular provincial, y doy fe de haber hablado con algunos que ya habían firmado el aval al presidente Ramírez, sospechosamente éste, con casi todo a su favor para ganar y según tengo entendido, casi mil avales, dijo que se marchaba. No me lo trago, creo que él quería seguir y que Arenas no se lo permitió. ¿Puede hablar Arenas de cacicadas? ¡NO! ¿Puede hablar de cortijos? Sí, del suyo.

Yo no voy a decir que Ramírez sea mi ídolo, ni quien debería ser el presidente ni mucho menos. Lejos de ahí podría incluso quejarme de que no me escuchó en alguna ocasión que demandé su ayuda. Pero eso es el pasado y ahora ya me importa poco. Me quedo más con su actitud humana hacia mi persona y él sabe que se la agradezco.

Lo que sí quiero que todos sepamos es que mejor o peor, el congreso lo tenía en el bolsillo y Arenas le invitó a marcharse para colocar a otro mas malo, eso sí, leal y fiel como nadie a la figura del de Olvera.

Seguramente no se tenían simpatía alguna pero cada uno estaba respaldado en su parcela. Como la parcela de Arenas era y es más grande, invadió la isla malagueña, plagada antes de topos y caciquillos pueblerinos.

Arenas se saltaba las decisiones de la provincial e iba imponiendo secretarios generales, números uno en listas, etc. Así ha actuado, saltándose la mismísima Junta Directiva de Málaga y de paso instruyendo a los suyos en las malas artes de la política y en la falta de respeto a las instituciones populares y por ende a la base afiliada.

Mi ruptura con el aparato del partido fue total, sólo me quedaban algunos amigos dentro. Cuando deciden quitarte de en medio te cortan tu estatutario derecho a la información para asistir a actos, para elecciones a compromisarios etc. Esos son los demócratas que hoy tienen cargos relevantes en Málaga. Lo que no te pueden quitar jamás es la posibilidad de comprarte u ojear un periódico por la mañana y poder asistir a algún acto que se celebre en la calle. Eso es exactamente lo que hice cuando el Platanito (mote que se ha puesto el propio Arenas) vino a defender en los preeliminares el voto favorable al recién estrenado Estatuto de Autonomía de Andalucía.

Me presenté allí, había poca gente, cargos del partido obligados a ir, Arenas, Ramírez, los que me habían cesado en NNGG, el ahora diputado nacional Ángel González (para mí ni el PP podría haber llegado a menos ni el político a más), el otrora adversario en las elecciones de la universidad Miguel Ángel Ruiz y ahora diputado autonómico (más de lo mismo), Elías Bendodo actual presidente del PP de Málaga y quien se dirigió al público y a las cámara mascando chicle ante el enfado e innumerables avisos para que se deshiciera de él de la jefa de prensa, la guapísima Sonia, Francisco de la Torre, Alcalde de Málaga etc. Muchos de los que allí estaban me volvieron la cara, a otros les salude con la misma falsedad que me regalaron y a Ángel le corté rápido la vacilada.

La verdad que venía calentito las últimas semanas por todo el tema del estatuto así que me coloqué en primera línea de pie a menos de dos metros de Arenas mientras se dirigía a los “seguidores” y prensa desde un altillo a pie de calle y me quede mirándole fijamente a los ojos sin aplaudir ni una sola vez. Estoy seguro que se dio cuenta. Yo estaba allí para decirle que no nos tiene en cintura a todos, que lo del estatuto era chapuza y una tontería que no venía a cuento de nada (fijaos en el respaldo que tuvo, la gente ni fue a votar) que más tarde o más temprano se le iba a acabar el cuento. A cada gracieta en mi cara un gesto firme y cuando comenzó a pretender embaucar con las virtudes del estatuto yo empecé a mover la cabeza arriba y abajo. Un gesto para decir “sí ya, lo que tu digas” “claro, claro” “no me cuentes cuentos hombre” y así me mantuve el tiempo que duró su intervención. Es verdad que puede ser que le dedicara una sonrisa con cierto aire de desprecio ante alguna sentencia suya. Mi intención no era agitar, no era comprometerle, no era más que mostrarle pacíficamente el enfado de muchos peperos andaluces que vemos como aquí vamos hacia atrás.

Lo peor de todo no es que Arenas sea incapaz de ganar, empresa difícil sin duda, lo peor es el partido que está dejando tras de sí. Él es el único y el resto si no le bailamos el agua mejor que ni aparezcamos.

Arenas osaba mirar a su manera y hablar como no debió hacerlo a uno de sus presidentes provinciales bajo la excusa de la derrota. Arenas decidió quien debía ser el presidente del PP de Málaga. Arenas volvió a perder por tercera vez las elecciones y nadie le ha mirado y le ha dicho “Arenas, la Junta” Nadie le ha quitado de en medio digitalmente.

No se ha parado a pensar en la posibilidad de que algunos de los que bajo su cobijo llevan años campeando en diputación, concejalías y cargos orgánicos (Y que de no ser por él hubieran durado lo que un caramelo en la puerta de un colegio) son más responsables si cabe de las derrotas de otros. Primero porque son vagos y torticeros hasta la médula y segundo porque ni Andalucía ni Málaga, ni los votantes del PP les importan un “pijo” (perdón). Ellos viven para sí, para su ombligo, para su grupo y para su cortijo.

“¡¡¡¡¡¡¡¡ARENAS, LA JUNTA!!!!!!! “

Es broma.

¡¡¡¡¡ARENAS VETE YA!!!!!!

Un abrazo.

4 comentarios:

JESUS ARANDA dijo...

Fran mira lo que hizo en Almeria el Platanito, se la cargo para poner a un siervo suyo. Las risas que nos echabamos con la leche del platanito, es que esta muy visto ya.Es lo que siempre hemos dicho, quiere tener subditos suyos en todas las ejecutivas provinciales, asi nadie le puede toser cuando pierde las elecciones por enesima vez.

Anónimo dijo...

Fran te leo y sobre todo te creo. Me he puesto en tu piel y me he sentido indignado.

Si, indignado pemsando en lo que has debido pasar y en lo que has tenido que sentir.

Pero me he sentido indignado y enrabietado porque lo que con tanto detalle has contado, no se porque, no me ha sonado a nuevo. Es algo que he oído en ambientes cercanos (un hijo mío fué de NNGG en Valencia y...salió escandalizado.

Indignado porque ¿cual es la solución? con la actual situación no sólo del PP (ya sé que me dirás que eso no es excusa y tienes razón) sino de todos los partidos y partidillos.

La única solución, sino definitiva sí al menos bastante buena, son las listas abiertas. Que los candidadtos se lo curren, primero en las asociaciones y luego en las circunscripciones; que tengan que rendir cuenta, no ante el cacique sino ante "sus" electores.

Y la pregunta que me hago, la del millón, es: ¿Quién le pone el cascabel al gato?

A lo mejor hay que volver a la gerra de la Independencia, no ante un invasor francés, sino ante unos abusones que sólo piensan en nosotros como carne de cañón.

¿Necesitaremos acaso un nuevo Espartaco que nos libere de los nuevos amos?

Un abrazo

J.A. Grau

FRAN dijo...

José, muchas gracias por tus palabras. La verdad que no fue un plato de gusto ver todo aquello pero en fin.

Estoy de acuerdo que hace falta un ESPARTACO, un héroe ya.

Un abrazo.

FRAN dijo...

La verdad es que lo de platanito y el baile era para que se cayeran las lágrimas Jesús.

Un abrazo.